En estos pasados días de otoño pude acudir al V Congreso Ibérico de Terapia Familiar que tuve la suerte de que se organizó maravillosamente por la Asociación Madrileña de Terapia Familiar de Pareja y otros sistemas humanos AMTPFOSH en Madrid. Siempre que vuelvo a los congresos encuentro muchas emociones diferentes.
Por un lado esta el sentimiento de COMUNIDAD; de repente, por unos días estas rodeado, todo el rato, por psicólogos que tienen una visión parecida a la tuya. Todos están preocupados por el tema del congreso, por las familias y por los desafíos que este tema nos trae. Así que de repente puedes soltar bromas acerca del modelo de Bowlby, o reírte de tus propias angustias como terapeuta y hacerlo de manera tranquila y apoyada.
Esto ya es muy terapéutico.
Por otro lado sientes el DESAFIO intelectual; escuchas a otros profesionales en sus exposición que a veces son recorridos por las teorías e interpretaciones de teorías de otros, otras veces son construcciones propias y algunas son encrucijadas en las que se encuentran. En cualquiera de ellas te sientes reflejado, desafiado, cuestionado… y todo eso te hace crecer. No es raro que muchos de los casos te vengan a la cabeza acompañados de nuevas maneras de abordarlos.
Pero sin duda lo más importante para mi son los ENCUENTROS, esas personas que conoces de hace tiempo de diferentes contextos y que hace tiempo que no ves y que de repente te vienen a abrazar y miles de recuerdos te vienen a la mente y entonces te vas a comer o a tomar un café y te pierdes las siguientes charlas porque lo que compartes ahí es tan importante, que te llena el alma. (Gracias Beatriz Moreno).
También la gran comida con los compañeros de Atenea (Manuel, Pablo, Pamela, Laura, María…) fue un gran gusto. En el día a día no podemos encontrarnos y compartir desde las risas, la comida compartida, los comentarios acerca de las conferencias… También la comida con Teresa BermejoTeresa Bermejo de Cáceres, que nos trajo un maravilloso taller sobre la técnica del árbol y el bosque de la vida.
También tienes oportunidad de hablar con algunos ponentes que vienen de fuera, como fue la oportunidad de hablar con Arlene Vétere que dio una magnifica conferencia hablando del Apego. Luego pude conocerla como gran ser humano y pudimos compartir diferentes situaciones y vivencias vitales, incluso hablar de la trascendencia.
Cuando me llegó el turno de compartir mi trabajo pude hablar de la gran experiencia que supone acompañar a familias que han tenido un bebé que ha nacido antes de tiempo: Mi experiencia con la prematuridad y del trabajo que venimos desarrollando desde Fundevas.
Pude comprobar como el mundo de la terapia sigue creciendo con aportaciones, adaptaciones, integraciones de otras disciplinas y corrientes; todo para conseguir ser mejores terapeutas, más sensibles, más humanos, más afinados en nuestros encuentros con el SUFRIMIENTO HUMANO.
Así que ya estoy pensando en el siguiente congreso, o en el siguiente que tenga la oportunidad de ir…