
Terapia familiar
en la etapa perinatal
Resumen.
La intervención familiar en la etapa perinatal puede ayudar a potenciar el vínculo familiar.
El desarrollo de conductas que favorezcan una vinculación saludable de manera temprana será de gran ayuda en todo el desarrollo afectivo de la familia.
Enumeramos los motivos de consulta de las familias en esta etapa, así como las características de las sesiones con bebés ylas habilidades del terapeuta.
Como terapeuta de familia he ido ampliando mi mirada y formándome en diferentes herramientas terapéuticas y en diferentes áreas que complementan mi forma de apoyar a las familias en su desarrollo. En este camino llegué a formarme en Psicología Perinatal, pudiendo descubrir muchos aspectos que completaban mi visión y abordaje familiar sistémico.
Pude también hacer un camino personal y encontrarme con las huellas en mi vida de lo acontecido en esta etapa, sobre todo lo relacionado con mi nacimiento prematuro y mi estancia en el hospital. Descubrirme trabajando con familias en esta etapa me ha enriquecido personal y profesionalmente. Desde este aprendizaje vivenciado hago un resumen de algunos aspectos de mi trabajo con estas familias.
La etapa perinatal abarca desde antes de la concepción hasta unas semanas después del nacimiento. Dentro de los aspectos que podemos destacar son el inicio del vínculo con el nuevo ser y la manera de iniciar esta relación en una etapa donde la comunicación principal no es verbal. Estas características nos llevan a tener que potenciar todos los demás aspectos de la intervención y percepción.
Este momento es de gran intensidad tanto para la pareja, que se van transformando en padres, como para el resto de la familia. Haremos un recorrido por diferentes situaciones de esta etapa de reto y por las herramientas terapéuticas más útiles para estas situaciones. Existen aspectos individuales, relacionales, espirituales; temas relacionados con la alimentación, el sueño, la relación, la conexión, el estilo de crianza…
La mirada sistémica nos ayuda a enfocar esta etapa como un momento clave en la formación del tipo de vínculo. Tendremos en cuenta tanto los aspectos individuales del nuevo ser que nace, sus necesidades y el camino de llegada, así como la interacción con la mirada de la pareja de padres y otras relaciones significativas para el neonato.
Será muy importante que, en todo momento, recordemos que el bebé es un ser sintiente desde el momento de la concepción y los acontecimientos que tienen lugar en su entorno van a influir en él. Existirán acontecimientos que queden grabados en memorias implícitas o huellas en su psique y estas se manifestarán a lo largo de la vida en conductas, sensaciones y percepciones del mundo.
MOTIVOS DE CONSULTA
Antes de la gestación las mujeres pueden buscar apoyo si no sienten que tengan claro el deseo de ser madres o sienten dudas acerca de la compatibilidad de roles profesionales y personales o planteamientos acerca de la conyugalidad y su transformación en pareja de padres. Estas y otras situaciones emocionales pueden ser muy adecuadas para el inicio de un proceso de psicoterapia que puede ser individual o de pareja. Durante este periodo también pueden surgir problemas en la capacidad de concebir, pero esto no suele ser un motivo de consulta al principio, normalmente por sentimientos de vergüenza.
Las mujere y parejas que acuden a consulta por este motivo suelen hacerlo después de un tiempo de encontrarse en esta situación.
Cuando la consulta es solicitada por ambos miembros de la pareja en algún punto de este proceso suele ser por alguna tensión que se ha producido en el momento de dar el paso de tener un hijo.
Puede haber diferencias en la forma en que se enfrentan a este momento, diferentes expectativas propias y del otro, y miedos en la distribución de espacios y tiempos para cada uno. Todo lo que supone pasar de la pareja a la triada. Y si no es el primer hijo surgirán otras dudas y tensiones que en ocasiones se pueden resolver solas y otras se pueden beneficiar de alguna sesión de apoyo.
Durante el embarazo, las dudas pueden venir acompañadas de dificultad en la conexión, preocupación por la salud presente y futura del bebé, dudas acerca del correcto desarrollo del rol, miedo a la muerte y muchas otras dependiendo de cada mujer y su historia vital y familiar.
Antes de la concepción:

Antes de la concepción: Un aspecto importante en esta etapa será el que la mujer se prepare para estar disponible en todos los aspectos de su ser. Que sea capaz de estar abierta a una nueva relación en la que muchos aspectos del psiquismo son alterados, reconstruidos, redefinidos. Donde la identidad propia se abre, altera, cambia, se transforma y, fundamentalmente, tiende a crecer en relación.
Para todo esto es importante poder estar disponible y dispuesta. Recorrer los posibles miedos futuros para ubicarlos en un lugar de seguridad va a ayudar mucho. También poder repasar algunas escenas del pasado y el lugar en la propia familia actual y, sobre todo, en la familia de origen. ç
Durante el proceso de concepción. Cuando dar el paso de ser padres con ayuda de alguna técnica médica: En estos casos también se puede apoyar en el proceso de conexión con el propio cuerpo, con los ritmos y procesos y con la interacción entre el deseo, el ritmo natural, el rimo de la vida diaria y la relación con los sistemas sanitarios en el caso de que estos entren a formar parte del proceso. Será muy importante apoyar la capacidad de la mujer y de su pareja para mantener el protagonismo del proceso y que no sean las técnicas, procedimientos, medicaciones y tiempos los que caparen la atención emocional. La atención se debe seguir centrando en la conexión entre la pareja y la conexión con el deseo.
Habrá que prestar atención a los sentimientos de frustración, incapacidad, vergüenza, inferioridad y dar más protagonismo a la sensación de apoyo, conexión, camino, facilitación, apertura, integración… La elección cuidadosa del equipo médico y sentir que el ser que nace sigue siendo el centro de atención será un gran aliado.
Cuando el obstáculo se produce en la búsqueda de algún hijo que no sea el primero puede haber temas de diferenciación de la primera experiencia. Puede ser que esta no fuera concordante con lo esperado y desafiara mucho algún miembro del sistema o al sistema mismo. Apoyar el deseo genuino de tener otro hijo o de dar espacio para que aparezca como ser diferente con características individuales y personales únicas y con su propio camino a recorrer dentro de esta familia.
El bebé es una persona que está en un momento de su desarrollo en el que sus características evolutivas se diferencian bastante del adulto. Su tiempo en la tierra es corto y su manera de relacionarse con los adultos es pre-verbal. No por ello significa que no tiene capacidad de comunicarse, muy al contrario, el niño se comunica todo el tiempo. Lo importante es que, como adultos, seamos capaces de entender esta comunicación, dejarnos sentir lo que el bebé está transmitiendo.
En esta etapa de la vida, el niño está presente en todo lo que pasa a su alrededor, y participa de las emociones de las personas que le rodean. La forma de comunicarse no es verbal, pero es muy amplia. Su forma de percibir lo qu ocurre es indiferenciada entre el exterior y el interior. Por ello, tendremos que tener en cuenta lo que sentimos y expresamos cuando él está en la habitación o cuando lo tenemos en brazos.
En ocasiones, los adultos perciben al bebé como un ser desvalido, con capacidad limitada para entender lo que está pasando, y que necesitan toda nuestra ayuda para sobrevivir.
Esta mirada puede limitar el tipo de conexión con el bebé. Será de más ayuda que podamos percibirle como un miembro más del sistema con toda su influencia. Esto nos ayudará a entender más lo que le pasa y los signos que da.
En los primeros meses, pueden surgir difi cultades acerca de los correctos cuidados que dar al bebé, cómo sostenerlo emocionalmente, cómo alimentarlo correctamente, calmarlo, mantener su higiene, entenderlo… también acerca de la comunicación con él y, sobre todo, de entender lo que necesita.
En esta etapa nos centraremos en la vinculación adecuada , Facilitando el apego en el nacimiento y en los obstáculos que se puedan encontrar en ella.
Si durante el nacimiento ha surgido alguna complicación y el bebé o la madre han tenido que tener un ingreso más prolongado y se ha producido alguna separación en la diada, será necesario revisar a fondo lo que se ha visto afectado por esta intervención de separación, así como por los procedimientos realizados y las alteraciones introducidas en la relación. Así, las familias que han tenido a los bebés en Unidades de Cuidados Intensivos Neonatales se benefiiarán mucho de intervenciones destinadas a mantener, desarrollar y, en su caso, restaurar el vínculo y a reconocer las huellas que las intervenciones médicas han dejado en el bebé. La presencia de trauma que interfi era en la relación es muy común en estos casos y merecerá especial atención las situaciones en las que ha existido violencia obstétrica, que esta relatada por cifras cercanas al 40%.
A medida que el bebé va atravesando etapas y pudiendo desarrollar más sus capacidades motoras, las inquietudes están más centradas en los límites que poner en su movimiento y cómo ayudarle a alcanzar adecuadamente los hitos del desarrollo.
Muchos de estos momentos y situaciones son normales y adecuados y no requieren de apoyo especial por nuestra parte. Como siempre, será el nivel de
Características básicas para una VINCULACIÓN SEGURA
Ya desde Winnicott se fue viendo la importancia de crear un ambiente seguro y estable para el adecuado desarrollo del bebé.
Dentro de la seguridad que podemos dar lo más importante es que tanto el bebé como los padres se sientan seguros en la relación. Repasaremos, a continuación, algunas características de las relaciones seguras. Las relaciones seguras se basan en el apoyo mutuo y la colaboración entre todos, no hay espacio para competir. Libertad para que cada persona elija en todo momento sus acciones.
Las necesidades de todos son tenidas en cuenta y hay espacio para satisfacerlas. Las interacciones son cuidadosas y siempre negociadas. Se respeta el ritmo de cada uno y lo que ocurre dentro de la relación es tratado de manera adecuada con el contexto externo, respetando la confidencialidad de lo que ocurre dentro de la relación.


Necesidades básicas en el desarrollo del bebé
Para poder desarrollarse adecuadamente
el bebé va teniendo una serie de necesidades que van a ser diferentes según el momento en el que se encuentre.
Desde el momento de la concepción, incluso algún tiempo antes, los acontecimientos que se dan en el espacio familiar, emocional y espiritual van a ser importantes para el desarrollo del bebé, para su auto-concepto y para el desarrollo de su mundo emocional.
Mientras el bebé está en el útero, y hasta los tres meses de edad, el bebé tiene derecho a existir y a sentir la conexión.
Para su correcto desarrollo psicoemocional deberá sentirse deseado, sostenido sensiblemente, seguro, visto y afi rmado en su existencia.
Esto le llevará a tener confi anza en la vida, pudiendo conectar adecuadamente con la realidad y sentir conexión con la fuerza vital. Si este aspecto está bien desarrollado, la persona será capaz de afi rmar: “Yo estoy aquí, soy digno y pertenezco”. La intervención con la familia en esta etapa irá destinada a que esto se pueda dar, si es que no estaba ya presente. Cuando los padres no han sentido esto en su desarrollo van a encontrarse con más dificultades para poder ofrecérselo a su hijo.
Habilidades del terapeuta para el trabajo con bebés

El trabajo con bebés merece un cuidado y atención especiales y puede ser que el terapeuta necesite un recorrido para encontrar este lugar de respeto absoluto por el otro y de conexión especial para poder trabajar con bebés. La presencia o habilidad de ser (Chitty, 2018) terapéutica será una actitud clave a la que el bebé es especialmente sensible.
En más que ninguna otra situación tendremos que tener la capacidad de centrarnos en el aquí y ahora, sintiendo nuestro centro y conexión, lo que en ocasiones describimos como enraizamiento, tomando contacto con nuestra línea media. Somos el referente para el bebé y su familia ya que el bebé puede traer con facilidad sensaciones que ha vivido antes, sentimientos que no son suyos por su momento evolutivo.
En este estado tendremos más acceso a captar micromovimiento.
La neutralidad en la mirada para no buscar lo que funciona o lo que no será más fácil si establecemos esa quietud interior.
En esos momentos podemos conectar con esa mirada de curiosidad del bebé en la que no espera encontrar nada, solo está atento a descubrir lo que surge y se despliega.
También será de vital importancia poder regular el ritmo en el que nos movemos en la sesión y adecuarlo al nivel de procesamiento del bebé, ralentizarnos.
Así, el ritmo de movimientos y lenguaje será más pausado. Esto también ayudará a que los padres puedan regularse mejor y puedan surgir emociones que en el ritmo acelerado se pasan por encima.
En la conexión con el bebé, nos ayudará el tener cierta capacidad de “leer” lo que le pasa al bebé, poder detectar en qué situación se encuentra su sistema nervioso autónomo (SNA), si esta alerta o activado, dispuesto para luchar o huir (a nivel de sistema nervioso simpático), colapsado (desde el sistema nervioso parasimpático en la rama vago-dorsal) o seguro y disponible para la conexión (desde el sistema nervioso parasimpático en la rama vago-ventral).
Esta lectura, que podemos tener de manera muy incorporada, puede ser útil para compartirla con los padres que no hayan conseguido esta integración todavía, incluso en el reconocimiento de sus propias señales.
Trabajando este aspecto nos encontramos con muchos descubrimientos en los padres. Ellos pueden descubrir habilidades para cubrir estos aspectos en su hijo cuando en ocasiones ellos no lo recibieron. Supone un gran crecimiento para todos.

© Fabiola Cortés-Funes Urquijo
Psicóloga, psicoterapeuta de familia y doula.
Creadora de 908 gramos
Supervissora docente por la FEATF y psicoterapeuta de grupos por la FEAT
Master en lactancia meterna
Terapeuta perinatal sistémica
Entrevista publicada en la revista MOSAICO, Vol.79 P.33-42
Medio de difusión de actividades científicas y de promoción de la Federación Española de Asociaciones de Terapia Familiar (FEATF)
Bibliografía
Chitty, J. (2018). Danzando con el Ying y el Yang. Barcelona, EspaЦa: El grano de mostaza.
Chitty, J. (2016). Working with babies. Colorado, Estados Unidos: Polarity Press.
Pitillas, C. (2021). El daЦo que se hereda. Bilbao, EspaЦa. DesclОe de Brouwer.